III.

Futuros horizontes de la realidad extendida

Como ya hemos visto, en el contexto de la cuarta revolución industrial, la transformación digital no se limita a un conjunto fijo de tecnologías: es mucho más compleja y presenta numerosos retos. La transformación digital no es un conjunto de tecnologías que funcionan de forma aislada, sino un ecosistema interconectado e interrelacionado de diversas tecnologías dinámicas en un proceso constante de mutación, adaptación e interacción.

La RE y la IA

En el contexto de la transformación digital actual, la inteligencia artificial (IA) representa el cerebro de todo el ecosistema digital, como mencionamos en el primer capítulo de este curso. En este sentido, al combinar la IA con las tecnologías de RE, se podrá acceder a información hipercontextualizada que aumentará de forma exponencial la capacidad de análisis y toma de decisiones del trabajador. El sistema estará constantemente recogiendo datos sobre las interacciones de los usuarios y mejorando, al aprender cada vez más sobre el entorno.

La RE y el 5G

Con la gran velocidad y potencia de las redes móviles 5G (10 veces más ancho de banda que el 4G y baja latencia), sumadas a la RA/RV/RM, estaremos siempre interconectados con nuestro smartphone, en cualquier momento y lugar. Y no solo nosotros: todo lo demás estará también interconectado (como se mencionó en el capítulo 2 sobre el IoT), produciendo enormes cantidades de datos que viajarán por estas nuevas autopistas digitales.

Por ejemplo, con la gran rapidez y calidad de las conexiones 5G, será posible que alguien trabaje a distancia utilizando tecnologías de RE, como un cirujano que opere desde muy lejos o un técnico de mantenimiento, un profesor o un artista. ¿Será el 5G una de las piezas que faltan en el rompecabezas de la RE, al permitir que experimentemos todas las posibilidades de la RE de forma natural y totalmente inmersiva?

La RE y la robótica

Otro ámbito de integración y expansión en el campo de las tecnologías emergentes es el de la RE y la robótica. Dentro de este ámbito, como ya se ha mencionado en este curso, los entornos mixtos y los integradores de diferentes tecnologías son uno de los principios en los que se basa la actual transformación digital. En el campo de la robótica y la RE, también debemos tener en cuenta la IA, el IoT y el 5G. Si nos centramos en la RE y la robótica, en el ámbito de la fabricación industrial, por ejemplo, el control y la supervisión de los componentes robóticos evolucionarán cada vez más hacia entornos operativos en los que se mezclen el mundo real y el digital (virtual). Es decir, el funcionamiento estará automatizado o semiautomatizado mediante procesos de RE, ya sea en las fases de pruebas y despliegue o de cara a la formación.

En nuestra vida cotidiana, con los robots cada vez más integrados, nuestra interacción y comunicación con ellos se basará en entornos de realidad mixta. La RE mejorará y potenciará la interacción persona-robot (HRI), al perfeccionar la forma de manejar y controlar los robots, por ejemplo, en entornos peligrosos.

Escena urbana con datos y anuncios virtuales superpuestos
Escena urbana con datos y anuncios virtuales superpuestos

Cambios en la realidad y la percepción

Todas las nuevas tecnologías provocan cambios en nuestra vida cotidiana, en la forma de percibirnos a nosotros mismos, en la manera de relacionarnos e interactuar con los demás, en el modo de ver el mundo y en nuestra idea de lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Estamos viviendo una profunda transformación digital, en la que nuestras interacciones y relaciones son cada vez más digitales, con el posible inconveniente de que esto disminuya nuestra presencia y nuestras relaciones en el mundo analógico (físico).

Por otro lado, estamos cada vez más presentes en el mundo digital, asumiendo nuevas identidades y oportunidades.

Es importante reflexionar sobre las implicaciones y los retos de esta tecnología, porque va mucho más allá de la mera manipulación de imágenes y otros objetos digitales. La RE pretende cambiar la forma en que interpretamos nuestra realidad, ya sea mediante un entorno más envolvente o superponiendo lo digital al mundo real. Ahora tenemos que entender que la RE influirá cada vez más en nuestra manera de sentir, de vernos a nosotros mismos y de percibir la interconexión entre el mundo real y el digital.

Consecuencias éticas y sociales de las tecnologías de RE

Cuando empezamos a entrar en mundos digitales inmersivos, puede ser difícil identificar qué es real, dado que replican objetos analógicos e incluyen modelos digitales, con los que interactuamos en un mundo mixto. Si nuestro «yo analógico» se replica en un «yo digital», ¿quién garantiza nuestros derechos y qué debe prevalecer, la versión analógica o la digital? Son cuestiones importantes y todos deberíamos participar en el debate y la creación de normas y modelos que protejan los derechos de todos.

En estos nuevos contextos, es fundamental que observemos y reflexionemos sobre los diferentes niveles de impacto que conlleva usar e integrar estas tecnologías en nuestras vidas. Vamos a examinar dos niveles de impacto conectados entre sí: el ético y el social, planteados en forma de preguntas.

Cuestiones éticas y sociales que debemos tener en cuenta

  • ¿Cómo se adaptará nuestro cuerpo a todas esas horas de experiencias inmersivas y qué consecuencias psicológicas y fisiológicas tendrán los entornos virtuales?

  • ¿Qué tipo de normativas serán necesarias para regular las relaciones e interacciones que se produzcan en los mundos virtuales?

  • ¿Cómo deben regularse los robos de identidad en los mundos virtuales?

  • ¿Qué medidas de prevención y seguridad deben aplicarse para asegurar la integridad de estas nuevas realidades?

  • ¿Cómo podemos separar adecuadamente el mundo virtual y el real cuando el espacio entre ambos es cada vez más estrecho?

  • ¿Cómo podemos asegurarnos de que las empresas que desarrollan experiencias de RE no recojan datos sobre nuestros sentimientos y emociones?

  • ¿Cómo podemos cerciorarnos de que los experimentos de RE no se utilicen para inducir ideas que lleven a cometer delitos y otras ilegalidades?

  • ¿Cómo podemos garantizar que no se perpetúen los estereotipos al crear avatares digitales en los mundos virtuales?

  • ¿Cómo se gestionan los derechos de propiedad, la privacidad y la protección de datos en los mundos virtuales?

  • ¿Cómo podemos proteger el anonimato y la privacidad cuando se utiliza reconocimiento facial en la RA?

¿Qué hay que hacer?

Tenemos que crear una infraestructura de regulación para el desarrollo de experiencias de RE, de modo que dispongamos de medidas de protección jurídica si se infringe alguno de nuestros derechos. También es crucial establecer un marco ético y social que incluya y contextualice todas las dudas, preocupaciones y cuestiones relacionadas con este ámbito. Cabe mencionar que, hasta ahora, no tenemos información clara y precisa sobre los efectos negativos de estas tecnologías, por ejemplo, para nuestra mente o nuestra percepción de la realidad. Necesitamos una investigación que proporcione datos con los que determinar pautas y recomendaciones que guíen el desarrollo de las tecnologías de RE.

En este contexto, es relevante la Iniciativa Global del IEEE sobre la Ética de la Realidad Extendida, cuyo objetivo es definir recomendaciones sobre políticas y elaborar informes para establecer un único estándar, o práctica recomendada, centrado en la ética de la RE.

También debemos asegurarnos de que estas potentes tecnologías se desarrollen respetando el principio de que se utilicen solamente para el bien común.

Posibilidades de cara al futuro: RA, RV y otros aspectos

El futuro de la RV y la RA consistirá en desarrollar experiencias cada vez más realistas e inmersivas para el trabajo, el ocio, la interacción social o cualquier otra parte de nuestras vidas. El mundo se está digitalizando. Lo analógico está cada vez más unido a lo digital y los límites son ya tan borrosos que nos cuesta distinguir entre la vida analógica y la digital. Este fenómeno irá creciendo, de modo que hay que adaptar la forma en que nos relacionamos.

La RE, la RA y la RV se convertirán, tal vez, en la manera más habitual de interactuar con los dispositivos digitales, al pasar de la interacción 2D a la 3D. Al disfrutar de más y mejores experiencias de inmersión en todo tipo de ámbitos, como el trabajo, la formación o el ocio, podremos estar más conectados e interactuar más. La RE se integrará con otras tecnologías emergentes para complementar las habilidades y capacidades de las personas, mejorando los métodos y procesos que permitirán nuestro desarrollo futuro.

Para ello tendremos que ser muy exigentes como sociedad y asegurarnos de que el desarrollo de la tecnología sea beneficioso para todos nosotros, por el bien de todos. También debemos velar por que todo el mundo tenga acceso a la tecnología y pueda utilizarla. Además, es importante definir los principios que permiten incluir estas tecnologías en diversos contextos.

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IV. La RE y los nuevos puestos de trabajo